
Ratoncito Pérez y el Virus Invisible
Había una vez, un ratoncito llamado “Pérez”, el que todos conocemos, el que siempre nos deja alguna sorprecita!!!
Sí, sí ese mismo!.
Él, no solo dejó sorprecitas al recoger los dientes, sino que nos salvó del malvado vírus invisible, con la ayuda del Hada de los dientes!
Y digo esto, porque hace muy poquito tiempo vino un vírus a la tierra y nos afectaba a la salud, y nos poníamos muy enfermitos.
El ratoncito Pérez, después de recoger muchos dientes y dejar de sorprecita 5€ a cada niño, se dio cuenta de que muchos de los niños a los que recogió sus dientes, tenían mucho catarro y fiebre. Él no sabía qué pasaba.
El ratoncito Pérez, desesperado por hacerse tantas preguntas, dijo:
Biep,biep,
¿Qué hago ahora?, si todos están enfermitos, biep, biep, no voy a poder recoger sus dientitos, porque me podrían contagiar, y si me contagio, voy a estar enfermito, y no voy a poder recoger los dientitos y dar sorprecitas a los niños.
OHH,NO!
¡HAY QUE RESCATAR A TODAS LAS PERSONAS! ¡BIEP!
Cuando el ratoncito Pérez, ya había puesto todo lo necesario en su mochilita, amarilla, como el quesito, verde, como el prado y azul, como el agua, se dio cuenta de que él solo, alomejor, no podía vencer a aquel malévolo vírus invisible, así que decidió llamar a su mejor amiga, el Hada de los dientes.
El ratoncito le dijo:
¡Hola!, biep, ¿como estás?
Ella contestó.
Muy bien, ¿y como estas tú ?
El Ratoncito Pérez, exclamó:
¡Muy bien!. Mira, te llamo para que me ayudes.
El Hada de los dientes, preguntó:
¿y en qué puedo ayudarte?
El Ratoncito Pérez, le contestó:
¿Tú no has notado nada?
El Hada de los dientes, le dice:
No…Bueno, en realidad sí, casi todos los niños a los que visité estaban un poco enfermos, y eso me preocupa mucho.
El Ratoncito Pérez exclamó ilusionado:
¡Para eso te llamaba!, biep, ¡para ver si me puedes ayudar a hacer que desaparezca este vírus del mundo!
¿Me puedes ayudar? ¡Por favor!
El Hada del los dientes, exclamó y preguntó:
¡¡CLARO QUE SÍ!!, ¿a qué hora nos vemos? ¿Y dónde?
El Ratoncito Pérez, ilusionado:
¡¡BIEN!!, biep…
¿Qué te parece a las 11:34 de la mañana, en la Plaza Maus Mayor, en MAUSLANDIA?
El Hada de los dientes:
Sí, ¡¡me parece súper bien!!
Ratoncito Pérez:
¡Pues allí nos vemos! ¡Biep!
Al día siguiente, a las 11:29 de la mañana, en la Plaza Maus Mayor, ya estaba el ratoncito esperando al Hada de los dientes.
El Ratoncito Pérez , aburrido:
Biep,
Uffff… Me Aburro….
¡Bueno, todavía faltan 5 minutos, puedo esperar!
5m. después…
El Ratoncito Pérez, pregunta:
Ya debería haber llegado… ¿Dónde estará?
¡Ahh, allí esta!
Hada de los dientes, preocupada:
Siento el retraso, ¿me perdonas?
Ratoncito Pérez:
Biep, ¡Claro!
Un poco después se pusieron en marcha para recorrer lo máximo posible y buscar los ingredientes secretos, para hacer que desapareciera el malvado vírus invisible!
Después de haber recorido tres países, se dieron cuenta de que era mejor ir a la biblioteca central de MAUSLANDIA, la BIBLIOMAUS. Cuando llegaron, se dieron cuenta de que por el malevolo vírus no había nadie, así decidieron volver a la casa del ratoncito Pérez.
Al llegar a la casa del ratoncito Pérez decidieron buscar entre sus libros…
Después de buscar durante muchas horas no encontraron nada, y pensaron que ya no podían hacer nada, pero entonces, recordaron que esta vez era mejor buscar por Internet.
Encontraron un vírus llamado «coronavírus«. El catarro era un síntoma y la fiebre era otro, pero había muchos más…
Cuando leyeron todo eso metieron dos lupas cada uno, una que se llamaba «Mausilupa«, y la otra era la «Superadilupa«.
¡La Superadilupa podía ver más que la Mausilupa, ya que la Superadilupa tenía mas de 15 cristales especiales Esa lupa puede ver muchísimo, hasta el mínimo bichito!
Salieron corriendo a salvar el mundo del malvado «coronavírus«.
Fueron por muchas ciudades como por ejemplo: Superciudad, Waltland, Disneyciudad, Warnerlandia, Marvelcity, y demás…
En todas aprendieron algo nuevo, pero en ninguna encontraron los elementos para destruir al coronavírus.
Cuando volvieron a casa por el camino utilizaron las Mausilupas y las Superadilupas, y así encontraron el vírus y vieron que no solo había uno, sino ¡millones de miles de vírus!.
Pero había un jefe de los jefes de los jefes de ese vírus y de todos, que se llamaba el «Covid-19«, él dirigía a todos los coronavírus del mundo.
El ratoncito Pérez, sin querer, tocó un vírus, y no sabía qué hacer, así que decidió que mejor se lavaba las manos y así, por lo menos, se iba a desinfectar un poquito.
Y resultó, que al tocar el agua y el jabón, se iba el vírus y el Hada, además, le dio un polvito mágico que tenía para desinfectar dientes y con ese polvito no iba a poder volver a las manos del ratoncito Pérez.
Ellos cogieron un bote y mezclaron el agua con el jabón, y el agua y jabón con los polvitos mágicos del Hada.
¡Con ello recorrieron de nuevo el mundo, pero esta vez, desinfectándolo por completo!
¡¡Y así fué como el ratoncito Pérez y el Hada de los dientes salvaron el mundo!!